Entrando el la boca del lob… Gusano Púrpura.

Realmente fue un mazmorreo básico pero bastante (muy) largo. En resumidas cuentas, encontraron una ermita dedicada a un dios con cuerpo de hombre y unas burbujas por cabeza, Yog-Sothoth (recientemente leí una campañaza de La llamada Cthulhu), me pareció un toque curioso mostrar al veterano que en todas partes hay primigenios (y cuecen habas).

Mientras seguían explorando, les iba lanzando principalmente osos lechuza, tan ignorados en cualquier mazmorra, y otras aberraciones. Al ir tirando el las tablas de exploración que aparecen en Páramos Aventurados, fueron apareciendo bichos o trampas o situaciones extrañas que no encajaban, pero yo, como DJ, también me quería divertir y las medio encajaba a mi aire, como una trampa de agua (una habitación cubierta) en la que alguien que decidiera atravesarla, iba a ver cómo aparecía un chapoteo en superficie que se acercaba. Naturalmente, a la voz de «¡Kraken!, ¡Kraken!» salían corriendo (cosa suya, que no pensé en un calamar king-size, en serio).

Encontraron una figura del supuesto demonio mencionado en el anterior post, que tenía una parte hecha de un material distindo al del resto de la efigie (no incrustado, directamente otro material) y empiezan las elucubraciones, de la que me apropio de una (que no veas lo útil que es que los jugadores te den ideas). Y más osos lechuza, que empezaron a despellejar y pillar carne para provisiones (que fue una buena idea visto lo que les avecinaba). En otra habitación encontraron un diario del tipo que encerró al demonio.

Realmente, lo que quería era expulsarlo de este plano, pero falló y quemó/deformó parte del bicho (de ahí que la estatua, misteriosamente enlazada con la esencia del demonio, quedara transformada). Más mazmorreo, atravesaron un labo con pociones, venenos y demás, les pillan unos guardias, los veteranos los retienen pero piden refuerzos (que vienen en dirección al laboratorio) y Llucatis (mi sobrinete postizo) cree conveniente liarla volcando todo lo que podía en el obrador mágico y prenderle fuego, para retrasar la llegada de más guardias.

Ni que decir tiene que para ser su primera vez, estaba bordándolo (y en la siguiente aventura nos sorprendería a todos). Más trampas, acertijos y toda la pesca. Llegan al gran salón donde se ve a una HORDA (¡dadme mayúsculas más grandes!) de zombies (con unos pocos draugr dirigiendo) y al fondo, tras una franja de suelo quemado, cubriendo un tesoraco de la reost con la Barra Inamovible arriba del todo, un dragón encadenado con cara de pocos amigos.

Se fijan en esa franja quemada y en la cadena. Atan cabos (pensaban que lo tenía decidido de antemano cuando estaba improvisando como una mala bestia) y descubren que el demonio controla a los zombies, la franja es porque cuando alguno se acerca, el dragón los quema, y que la cadena se la puso el demonio, por eso la mala ostia del dragón. Aprovechan los kilazos de carne de oso lechuza (y ahí cuando alguien lo llamó oso lechuga por accidente) para distraer a los zombis y acercarse al dragón.

Como no quería alargarlo más, tras una conversación que confirmó las sospechas de los PJ, sueltan al dragón que churrusca a los muertos vivientes convirtiéndolos en MPS, sonríe maliciosamente al demonio antes de convertirlo en cenizas y se larga abriendo una salida porque él lo vale. Entonces a la voz de «¡Saqueo!, ¡saqueo!» se llevaron la Barra Inamovible (objetivo de la misión) y todo el pastizal que pudieron cargar. Entre ello estaba un medallón tamaño lagarto-gigante-con-alas, que, al cogerlo Estepa de Sangre, encogió al tamaño humano. Algo que les valió la pena porque al salir, llegaron a un bosque donde unos elfos con malas pulgas les apuntaban con todo tipo de objetos diseñados para hacer pupita. Sin embargo, al ver el medallón, les invitaron cordialmente a que le largaran pies en polvorosa.

Tras un fundido en negro (que estaba pelín cansado, me hago mayor para esto) llegan a la Escuela del profesor Gygax para jóvenes aventureros (algún día me la tendré que currar) y le entregan la barra al profesor Arneson, que la usa para reforzar una puerta que una fuerza externa quería abatir (no preguntaron por qué, cosas de profesores). Los PJ se tomaron un descanso para subir de nivel.

De poco sirvió, porque venía un mensajero echando el bofe para darles una mala noticia.

Nuevo grupo: Los caballeros del Oso Lechuga (ya os lo explicaré).

A petición del padre de mi sobrinete postizo (del que alguna vez os he hablado el el blog principal) decidió que ya era hora de que se iniciara en el mundillo de los juegos de rol de mesa. Así que me medio curré una aventurilla para que jugase el nene, su padre (veterano en estas lides) y su madre (alguna partidilla al INS/MV y Hombre Lobo: El apocalipsis lleva a sus espaldas).

Nada serio, el vice-director de la Escuela del profesor Gygax para Jóvenes Aventureros, el profesor Arneson, le ordena ir a buscar la Barra Inamovible, con lo que tendrán que explorar el sitio de una batalla legendaria1 que se encuentra en lo alto de las montañas, buscando la prisión de un demonio atado. Allá tendrán que encontrar la anteriormente mencionada barra, protegida por hordas de monstruos (y, creedme, fueron hordas) y un antiguo dragón.

Lo de siempre, vamos. Sólo que esta vez, les hice sufrir el viaje (se quedaron sin raciones), hubo follones con cocodrilos, centauros que les perdonaron por una cerveza divina, tras un fiestón tochísimo el enano PJ pierde la barba (la fiesta se le fue de las manos), les hice sufrir las montañas, y para cuando llegaron, me curré un dungeon usando las reglas de Páramos Aventurados. Y allí empieza el lío. Mandanga de la buena, oyes.


1 Los detalles ya me los curraré, lo único fijo es que se petrificó un gusano púrpura y lo convirtieron en una torre.